Cuando celebrar el Día del Padre se convierte en una lucha contra el olvido: Vivir de los recuerdos
Cuando se envejece y los achaques se apoderan del cuerpo, para muchos no queda más alternativa que disfrutar el resto de los años viviendo de recuerdos. Así piensan muchos de los abuelitos de la Fundación Hogar San José de la Montaña.
Algunos están allí por decisión propia –y reciben el cariño de familiares y amigos-, mientras que otros, han sido dejados en el abandono sin el más mínimo remordimiento.
Hoy, es Día del Padre, y a Nelson Luis Socorro, quien tiene 72 años y ocho en el Hogar San José, sólo le queda añorar la luz de sus viejos pensamientos, tratar de pelear con las lagunas mentales e inmortalizar a su padre, a sus hijos. Celebrar la ilusión de un Día del padre.
“El Día del Padre me la paso aquí, sentado. Pensando y recordando, viviendo de los recuerdos, conversando con los fantasmas de mis recuerdos”, expresa Nelson, quien es padre de dos hijas, que poco lo visitan pero siempre las tiene presente.
Comenta que a su padre siempre lo recuerda como un héroe pues se dedicó a luchar por el establecimiento de un sistema democrático en los tiempos de Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez.
Cuenta además que no es mucha la satisfacción que los acompaña cada amanecer: “la alegría que tenemos nosotros es la esperanza de que vengan muchachos de los colegios hacer su labor social aquí, cuenten chistes y conversen con nosotros”.
Ramón Maldonado, es otro de los padres que desde hace 11 años habita en la Fundación Hogar San José de la Montaña, por voluntad propia. Él, tiene dos hijas, las que asegura siempre están pendiente de lo que necesite.
“Aunque yo casi no las molesto porque ellas son ocupadas. Cada quien tiene su trabajo y tienen sus hijos pero ellas están pendiente mío”, manifiesta.
Sobre su padre dice: “bueno, yo a mi papá no lo olvido jamás. El Día de los Padres, yo me encomiendo a él y le rezo un Padre Nuestro, y el Día de las Madres igual”.
Por su parte, para José Uzcategui, es un orgullo y una satisfacción “muy grande” tener 84 años y poder celebrar el Día del Padre así sea con sus dos únicos retoños en México.
En la Fundación también hay quienes no tienen descendientes pero como ellos mismos dicen, tuvieron la dicha de tener sobrinos: “ellos son como unos hijos”, expresa Nicolás Silva.
Sin embargo, a pesar de los años y de tenerlos a su alrededor, Nicolás asegura que “aunque no lo crean ese día (de los Padres) le afecta” porque no tuvo la oportunidad de tener hijos propios.
Actualmente la Fundación Hogar San José de la Montaña tienen 90 años de fundado a atiende a unas 70 ancianos, más mujeres que hombres.
La directora de esta Fundación, Hermana Cointa Medina, hizo un llamado a los interesados en colaborar con algún tipo de ayuda a que se dirijan a sus instalaciones en la calle 85 (Falcón), frente al Liceo José Ramón Yépes.
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