Pateando las Calles




La Victoria: Ayer. Ciudad Heroica
Hoy. Ciudad Ruinas


Loa victorianos estamos llamados a iniciar otra batalla por la sobrevivencia de nuestro terruño. Si José Félix Ribas con su frase “Vencer o Morir” dejó marcada su gesta, hoy la expresión “Destruir y Destruir” es la obra de devastadores disfrazados de Terminator que están dejando en ruinas a uno de los municipios más prósperos de Venezuela y del mundo.
A la primera autoridad municipal, le debería importar el presente y futuro de la entidad, aquí nació, vive, a los concejales, más lastimosamente no es así. Entonces como se le puede pedir al tan cuestionado Director de Hacienda Municipal, con un odio enfermizo a nuestra tierra, a los trabajadores y a sus sectores productivos que deje de seguir cerrando comercio e industrias, hostigando a quienes generan empleos e invierten, si no sabe ni donde queda la Plaza Ribas y cuando cumpla su encomienda, se perderá en la Autopista Regional del Centro, dejando atrás un cementerio de empresas y negocios.
Triste la tarea de estos Exterminadores del Siglo XXI. Años atrás La Victoria, primero como epicentro del Distrito Ricaurte y después como capital del municipio Ribas, vivía en medio de la pujanza palpitante que se sentía en sus zonas industriales Soco, La Chapa. La famosa esquina de Soco era el termómetro donde se notaba el caminar incesante de hombres y mujeres que se dirigían a sus sitios de trabajo. Hoy la realidad es otra. Es como si se observara un triste desfile mortuorio que llega hasta las fábricas convertidas en cementerios o las que aun subsisten en medios de trabas, dificultades y acosos, en un camino lúgubre, fantasmal, adornado de basuras, huecos, oscuridad con epitafios que se repiten “ Aquí yacen los sueños y esfuerzos de empresarios, trabajadores, emprendedores y laboriosos”.
La Victoria, Zuata, Guacamaya, Pie del Cerro y demás lugares del municipio Ribas, viven su peor momento, como zonas urbanizadas y pobladas. Sus habitantes son castigados por autoridades indolentes, destructivas que hoy están dejando su huella demoledora en una otrora pujante y desarrollada región, carcomida con infuncionales servicios públicos, inseguridad incesante y aterradora presencia de un pésimo gobierno local.
Esa tarea desoladora en marcha, con seguridad no se saldrá con la suya. Los victorianos se han caracterizado a lo largo de la historia de Aragua y del país, como hombres valientes, trabajadores, llenos de amor a su tierra que los vio nacer o que los acogió como propios, y con esa tradición de temple lucharan porque La Victoria y sus parroquias resurjan del ostracismo , triunfantes emulando al hijo pródigo José Félix Ribas.
En este momento aciago, reconfortan situaciones como el deseo póstumo de doña Pilar Chantada de Leal, española de nacimiento y victoriana de vida y corazón, a quien el Señor recientemente se la llevó a su seno. Su último deseo fue que sus cenizas se quedaran en Aragua, así muriese donde muriese. Este ejemplo de amor a este valle Aragueño, motiva luchar por el rescate del municipio. Mis respetos y pésame a su quien en vida fuese su abnegado esposo Manuel Leal Prado, a sus cuñados Nonito y Antonio Leal Prado, quienes desde su trabajo en la esquina de Soco forman parte de la estirpe de hombres que La Victoria y sus honestos habitantes les agradecerán por siempre su aporte productivo, entrega y afecto a la ciudad heroica.
diazutrera@hotmail.com

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